Jóvenes en... ¡París!

La ganadora del viaje a París y 3 amigas suyas nos cuentan su aventura por la capital de Francia. El premio incluía el transporte en tren con Elipsos trenhotel y el alojamiento con éthic étapes Résidence Internationale de Paris.

“Eres la ganadora del concurso Jóvenes en Francia”. Me llamo María, y al leer el asunto de aquel correo electrónico sentí mariposas en el estómago. El premio era un viaje a París de 4 días para 4 personas y lo disfruté con amigas de la Universidad: Sara, Jessi e Irene. Casi les da algo cuando se lo propuse y aunque siempre estamos muy ocupadas, encontramos el fin de semana perfecto.

Km 0 de París, cerca de la entrada principal de la catedral de Notre-Dame

Días 1 y 2

Viajamos desde Madrid en el tren Elipsos en una cabina con 4 camas. Fue muy divertido porque el espacio está bastante limitado y cuesta colocar las maletas, cambiarse de ropa, etc. Lo mejor fue el tener muchas horas por delante para planear las visitas y hablar de nuestras cosas, pero no dormimos demasiado, entre el traqueteo y la emoción...

 En la cabina de Elipsos TrenHotel

Llegamos a París el sábado por la mañana y dejamos las maletas en la consigna de la estación de Gare d'Austerlitz. Desayunamos por el Barrio Latino y Sara, una apasionada de la cocina que no conocía París, aprovechó para hacer sus primeras compras en un mercado con mucho encanto.

 El encanto de los mercados tradicionales de Francia

Acto seguido bordeamos el Sena pasando por el Jardín de las Plantas hasta llegar a la Catedral de Notre-Dame, cumpliendo así una de las ilusiones de Jessi: subir a las torres. La vista limpia de los tejados, los principales monumentos y las gárgolas con el frescor de la mañana era maravillosa. Después visitamos el interior del templo y fuimos al Mercado de las Flores y la Sainte-Chapelle.

 En lo alto de la catedral de Notre-Dame de París

Comimos a la orilla del Sena, disfrutando del sol de octubre y por la tarde paseamos por los Jardines de Luxemburgo, un encantador rincón de la capital, vimos St-Germain-des-Prés, la Universidad de La Sorbona y el Panteón. Después recogimos el equipaje y nos encaminamos al albergue, el Éthic Étapes Résidence Internationale, para recuperar fuerzas y disfrutar de la vida nocturna de la ciudad de la luz.

 En el cuarto de Éthic Étapes Résidence Internationale

La habitación del albergue era muy amplia, con cuatro literas y dos baños, uno con lavabo e inodoro y otro con ducha y lavabo, lo cual es muy cómodo si tienen que arreglarse 4 chicas… Decidimos cenar en un restaurante en Montmartre y ver la Basílica y el Moulin Rouge iluminado, recorrimos las tiendas picantes de la zona y acabamos la noche tomado un cóctel cerca del bar Chat Noir.

Día 3

El domingo empezamos la visita en la Plaza de la Bastilla, pasando por la preciosa Plaza des Vosges.

Plaza des Vogues, la plaza más antigua de París, en el Marais

En Hôtel de Ville compramos pases para el barco Navette Batobus, de forma que pudiéramos subir y bajar del mismo a lo largo del día. La primera parada fue Champs Elysées, desde donde vimos el Grand y Petit Palais, la Plaza de la Concordia, la Madeleine y la Ópera.

 Comprando los macarons en la pastelería Ladurée

Hicimos una parada para comprar los típicos macarons en la pastelería Ladurée, tal y como muestra la foto de Jessi, y comimos en el Barrio Latino. A continuación volvimos en barco hasta la parada del Louvre, para pasar la tarde en el museo. Buscamos las obras de arte más representativas: La Virgen de las Rocas, Las Bodas de Caná, La Venus de Milo, El Escriba Sentado y, por supuesto, La Gioconda.

 Delante de la pirámide del museo Louvre, diseñada en 1989 por Ieoh Ming Pei 

Al finalizar la visita decidimos recorrer la Îlle Saint-Louis y comprar un helado artesanal en Berthillon, donde se pueden degustar hasta 70 sabores distintos. Pudimos comprobar cómo los puentes que rodean las islas están a rebosar de candados, tal y como se aprecia en la foto de Irene. Crece así la moda iniciada en el puente Milvio de Roma, escenario de un amor de libro.

El puente de Saint Louis

Tras recorrer los puestos de libros que flanquean el Sena y comprar algunos recuerdos, montamos nuevamente en barco para finalizar el día en las inmediaciones de la Torre Eiffel. La vista del monumento al atardecer es preciosa y decidimos descansar en el Champ de Mars, con un delicioso crêpe en la mano, para disfrutar de su iluminación y del centelleo nocturno, al que bautizamos como “chispitas”.

En la Tour Eiffell
        
La anécdota graciosa de la noche la protagonizaron los vendedores ambulantes de la zona. Tras regatear, les compramos una botella de vino y nos dejaron otras dos de regalo por “culpa” de la llegada de los gendarmes… Bon appétit, mademoiselles!


Día 4 y 5

Nos despedimos del albergue muy contentas con el trato recibido, la comodidad de la habitación y el desayuno. Dejamos el equipaje nuevamente en Gare d'Austerlitz y nos encaminamos a la Torre Eiffel, ya que habíamos dejado pendiente para el lunes la visita, esperando encontrar menos colas de turistas, y lo conseguimos. Subimos por el pilar este, siempre menos congestionado, e Irene cumplió así su deseo, ¡llegar al piso de arriba!

 Desde lo alto de la Tour Eiffell

Contemplando las calles desde lo alto, decidimos la ruta a seguir: Trocadero, Arco del Triunfo y pasar la tarde en Montmartre. Disfrutamos de los cafés, las delicadas pinturas en la Plaza du Tertre, las atractivas tiendas de regalos y por supuesto, contemplamos la puesta de sol desde el Sacré-Coeur, amenizada por los artistas callejeros. Nuestro viaje tocaba a su fin.

La vuelta fue más rápida de lo que hubiéramos querido, como suele pasar. Dormimos más, tal vez por el cansancio, o por la tranquilidad de haber disfrutado de un gran regalo.

Sólo me queda agradecer a Turismo de Francia, en nombre de las 4, el magnífico premio, y dejaros una última instantánea que refleja mi vínculo especial con la ciudad del amor y la promesa de que en un futuro no muy lejano, volveré.

À bientôt, Paris!   

 

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