Os proponemos descubrir el relato de Isa, nuestra ganadora del juego-concurso "Las 8 Llaves de Aquitania" que organizamos el mes de marzo pasado en nuestra página Facebook, junto con el Comité Regional de Turismo de Aquitania y con Catai Tours para descubrir todas las facetas de una región muy diversa y cercana a Francia.
Junto con 3 amigos, Isa, Elena y Juan, ha disfrutado de su increíble premio: 4 días/3 noches para descubrir Burdeos, sus famosos viñedos y los pueblos medievales con encanto de la zona de Dordoña-Périgord que Catai Tours y Aquitania les ha organizado.
Bonjour!
Me llamo Isa y soy la ganadora del concurso “Las 8 llaves de Aquitania”.
Me llamo Isa y soy la ganadora del concurso “Las 8 llaves de Aquitania”.
Ha sido una experiencia increíble, y hemos sido muy felices en Francia. Cuando me comunicaron que había ganado el viaje no me lo creía, pero a veces los sueños se cumplen. Todo el mundo quería acompañarme a esta aventura, y al final los elegidos fueron Juan, Isa y Elena. Buscamos fechas que fueran compatibles para todos, y Catai nos organizó todo a nivel de transporte, coche de alquiler y alojamiento en Aquitania...¡hasta mochilas para el viaje! Y la verdad todo salió perfecto. Cogimos un avión de Murcia a Madrid, otro de Madrid a Burdeos y voilà,¡¡¡estuvimos en Saint-Emilion, Sarlat-la-Canéda, Périgueux, Bergerac y Bordeaux!!!
¿Queréis saber qué tal lo pasamos y todo lo que os espera si visitáis estos lugares de Aquitania? Pues aquí os dejamos relatadas todas nuestras andanzas por esta querida región. ¡Esperamos que os guste!
DÍA 1: SAINT-EMILION
Saint-Emilion |
Posteriormente nos dirigimos a nuestro primer destino: Saint-Emilion. Tras recorrer unas cuantas carreteras rodeadas de viñedos , tuvimos la impresión de haber viajado en el tiempo y haber vuelto a la época medieval, ¡toda una maravilla!
En primer lugar, nos dirigimos a la oficina de Turismo, donde fuimos recibidos muy amablemente por Isabelle Auzely. Este fue nuestro punto de partida para conocer este bonito pueblo Patrimonio de la Humanidad.
Para recobrar fuerzas, fuimos invitados a “Les Délices du Roy”, en el que nuestro amigo Sébastien Braneyre ya nos tenía preparada la mesa con una suculenta cata de vino, quesos y charcutería francesa.
¡Delicias que nos hicieron sentir como reyes! |
¡Bon appétit! |
Tras esta degustación, realizamos una visita guiada de Saint-Emilion, incluyendo monumentos situados en la parte subterránea del pueblo, como son las Catacumbas y la Iglesia Monolítica.
Ya en la superficie, pudimos contemplar el Campanario de la Iglesia Monolítica, La Torre del Rey , El Claustro de la Iglesia Colegial y las murallas, entre otros.
Puesto que el vino es una de las riquezas de esta pequeña ciudad, no podía faltar la visita a una importante bodega, Le Château Soutard, donde vimos el proceso de fabricación de este magnífico vino (de ahí el elevado precio de sus botellas) y nos hicieron una pequeña introducción a la enología (¡ya somos todos unos expertos catadores de vino!)
Château Soutard |
Y…aunque todo estaba siendo demasiado perfecto para ser real, la sorpresilla que encontramos en el coche nos devolvió a la cruda realidad: ¡Multa de aparcamiento! Jajaja Todas las líneas eran de color blanco y los vehículos aparcados ocultaban la fatídica palabra “Payant”.
Así que…consejo: Tened cuidado y mirad si el sitio de estacionamiento es de pago (Lo que todos conocemos en España como la ORA).
A pesar de la multa (que con la emoción de estar en Francia, a los 5 minutos se nos había olvidado) Saint-Emilion nos encantó muchísimo, y es una visita obligada si vais a la Región de Aquitania.
DÍA 2: SARLAT-LA-CANÉDA Y PÉRIGUEUX
A la mañana siguiente, amanecimos en nuestro increíble hotel de 4* Mercure Château Chartrons y tomamos un magnífico desayuno en el que dimos buena cuenta de los célebres croissants franceses (“mmmm..”).
A continuación, nos dirigimos rumbo a Sarlat-la-Canéda y tuvimos algunas dificultades para llegar a nuestro destino, como fueron la intensa lluvia con rayos, truenos y centellas -que ocupó casi todo nuestro trayecto- y la falta de precisión de nuestro itinerario de internet, que nos hizo dar un rodeo descomunal. Así que…Consejo: Fijaros en los cartelitos de las carreteras. Son más fiables ;)
Una vez en Sarlat, la lluvia había amainado (aunque no del todo) y no nos impidió ver este acogedor y pintoresco pueblecito. Nuestra primera parada fue en la Oficina de Turismo donde fuimos recibidos por su director, M. Bouahlem Rekkas. Muy amablemente nos ofrecieron unos audio-guías en español para que pudiéramos visitar los monumentos más importantes sin perder detalle.
En Sarlat, pudimos contemplar la Catedral de Saint-Sacerdos la Lanterne des Morts (La Linterna de los Muertos), La fachada de la Casa de la Boétie, la Iglesia de Santa María (reconvertida en mercado y espacio cultural por el arquitecto Jean Nouvel), la Gruta de la Virgen y le Badaud de Sarlat, un hombrecillo de bronce creado por el escultor G. Auliac, que representa al típico curioso que se dedica a pasar el tiempo viendo pasar a la gente.
Igualmente, vimos el impresionante mercado que se realiza todos los miércoles y se sitúa en las calles del casco histórico de la ciudad. Se caracteriza por albergar todo tipo de productos (artículos de artesanía, flores, libros, comida, etc.). Nos fascinó, ¡era chulísimo!
Finalmente, antes de partir, la Oficina de Turismo nos obsequió con diversos souvenirs de la “ville”, entre los que se encontraba una pequeña estatua de nuestro curioso badaud, información de la zona y dulces típicos.
¡Muchas gracias, Sarlat-la-Canéda! ¡Volveremos!
Tras comernos un delicioso croque monsieur, y una quiche lorraine, seguimos nuestro viaje hasta Périgueux, a mitad de camino entre Sarlat y Bordeaux.
Ya allí, nos dirigimos de nuevo hasta la Oficina de Turismo, donde fuimos recibidos por Marie-France, quien nos obsequió con unas latas de foie-gras para que lo compartiéramos. Después, nos acompañaron hasta la Torre Mataguerre, desde donde nos explicaron la historia de la ciudad y contemplamos sus maravillosas vistas.
Périgueux se compone por una parte galo-romana y otra medieval renacentista. Tras la explicación, nos dispusimos a recorrer la ciudad y adentrarnos en ella. Para hacer honor a la Historia, visitamos primero la parte más antigua: la parte galo-romana, donde vimos, a grandes rasgos, el templo de Vesunna, el castillo Barrière y la iglesia de la Cité.
La Catedral Saint-Front de Périgueux con sus aires de Sagrado Corazón |
Para completar la visita a esta ciudad, visitamos la galería Galería Daumesnil y sus laberintos que albergan secretos y amor, la Casa de los Cónsules, la Morada de Saint Front y todas las callecitas que conformaban esta parte.
Como estábamos un poco cansados después de este intenso día, paramos a tomarnos un delicioso café con especias (vainilla y azahar, en nuestro caso) para retomar fuerzas.
Tras esto, seguimos caminando y nos encontramos con un puestecillo de magnífico foie-gras y dulces típicos. ¡No pudimos resistirnos! La tentación fue demasiado grande… probamos todo tipo de foie-gras con frutas (a cual más rico) y unos “croquants aux noisettes”, de los cuales algunos vinieron para España. Nos habría encantado traernos también esas delicias de foie-gras, pero lamentablemente no teníamos frigorífico y aún nos quedaban un par de días por Francia… nuestro foie-gras no habría aguantado… pero ¡a la próxima será! Con el tendero hablamos que sólo nos hacía falta encontrar un “petit ami”, y ésa sería nuestra excusa para poder permanecer en Francia y seguir comiendo de sus maravillosos productos… jajaja...
Por último, antes de irnos, no podíamos dejar pasar la ocasión de fotografiar y fotografiarnos con las espectaculares vistas de la ciudad reflejada en el río Isle.
Cuando volvimos a coger el coche para marcharnos, ¡surprise!, nos encontramos con una emisora de radio que se llamaba “Isabelle FM” y a partir de ese momento, en honor a nuestro nombre, nos acompaño durante varios de nuestros trayectos.
DÍA 3: BERGERAC Y TARDE EN BURDEOS
En nuestro tercer día de viaje, salimos del hotel dispuestos a seguir conociendo la maravillosa región de Aquitania. Esta vez le tocaba el turno a Bergerac, que seguro que os sonará por su famoso Cyrano. Así que, cogimos el coche y, en poco más de una hora, ya estábamos en esta pintoresca ciudad medieval
En la oficina de turismo de Bergerac nos recibió Susy, que fue la encargada de hacernos una visita guiada por toda la ciudad, empezando por las orillas del río Dordogne, considerado uno de los ríos más bonitos de Francia, donde nos hizo una pequeña introducción de la historia de este maravilloso lugar.
Tras esto, continuamos nuestra visita recorriendo las calles y plazas del renovado casco histórico de Bergerac. En nuestro recorrido pudimos admirar las típicas casas con entramados de madera, la iglesia Saint-Jacques, la Plaza Pelissière (muy animada por su gran cantidad de terrazas y restaurantes) y la casa Peyrarède, que alberga el museo del tabaco, de interés nacional.
Pero como no podía faltar en la visita a esta ciudad hacer mención al famoso Cyrano de Bergerac, nuestra guía, Susy, nos contó la verdadera historia de este personaje y, curiosamente, ¡ni nació ni vivió en Bergerac! Aún así, en la ciudad han querido hacerle un homenaje y tiene, no una, sino dos estatuas.
Un dato que nos resultó bastante gracioso fue que los niños de Bergerac se dedican a tirarle piedras a la nariz de una de las estatuas (ya os podéis imaginar por qué eligieron esta parte del cuerpo como blanco y no otra…) y el ayuntamiento tiene narices de repuesto para cambiarla cada vez que sea necesario. Curioso, ¿verdad?
Bergerac también es conocida por sus viñedos y ofrece uno de los mejores vinos de la región de Bordeaux, así que, como no podía faltar en esta visita una degustación, nos dirigimos al claustro de los Récollets, donde actualmente se ubica la casa de los vinos.
En este magnífico emplazamiento pudimos disfrutar de una completísima cata de vinos a cargo de Bastien, que comprendía vinos para todos los gustos: rosados, tintos, blancos, dulces, experimentando así una gran variedad de aromas, texturas, colores y sabores diferentes. ¡Toda una delicia para nuestros sentidos!
Tras las visitas a los pueblos medievales de nuestro programa, ya sólo nos quedaba por conocer ¡Bordeaux! pues lo poco que habíamos visto de camino a nuestro hotel nos había fascinado y teníamos mucha expectación por descubrir esta mágica ciudad.
Una de las cosas que más nos llamó la atención de la ciudad de Bordeaux es que, aunque es una ciudad grande, se puede visitar a pie de forma fácil y cómoda. No obstante, para los más perezosos, está disponible el tranvía, el autobús, y si prefieren hacer algo de ejercicio, también hay bicis de alquiler por un módico precio. Nosotros elegimos la primera opción dispuestos a investigar hasta el más recóndito lugar.
Nuestra primera parada fue el monumento a los Girondinos, donde vimos al actor Daniel Auteuil (que le encanta a Isa R., nuestra Amélie particular)
Posteriormente, visitamos el Gran Teatro, considerado por muchos el más importante de toda Francia y proseguimos nuestro paseo por la rue Sainte Catherine, una calle peatonal que atraviesa la ciudad y en la que podemos encontrar un montón de tiendas y mucho, mucho ambiente.
Completamos nuestro recorrido con la Place Gambetta, la Catedral de Saint-André y La Place Royale (Place de La Bourse) cuyo conjunto arquitectónico nos dejó a todos impresionados. Sin duda, uno de los mejores sitios para visitar de Bordeaux, especialmente de noche.
Pero lo mejor de todo fue el descubrimiento de Le Miroir d’Eau (el Espejo de Agua) que se encuentra entre la anterior plaza citada y la orilla del río Garonne. Consiste en una fuente a ras del suelo de unos 3 cm de profundidad en la que tanto grandes como pequeños chapotean y se divierten en los calurosos días de verano (y nosotros no fuimos menos ;-) Volver al hotel con nuestros pies calados mereció muchísimo la pena.
Era nuestro último día en Francia, y sólo queríamos que no se acabara y disfrutar al máximo del encanto de esta ciudad.
Nos levantamos sobre las 7.30, desayunamos y nos pusimos lo más guapos que pudimos, jajaja. Teníamos una cita importante y queríamos dar buena impresión a Catherine Lamazerolles (del Comité Regional de Turismo de Aquitania), una mujer muy simpática con la que tuvimos el placer de charlar y tomarnos un café cerca del Grand-Théâtre.
Place du Parlement |
Tras finalizar la visita guiada, nos dirigimos al bar de vinos del CIVB (Consejo Interprofesional de Vino de Bordeaux) para la degustación de un exquisito Bordeaux Tinto y un Bordeaux Blanco).
Posteriormente, realizamos una visita guiada de 2 horas por algunos de los lugares más emblemáticos de Bordeaux, como la anteriormente citada Place Royale (Place de la Bourse), Le Miroir d’Eau, y otros sitios como La Rue Saint Remi y sus mascarones, El Puente de Pierre (Primer puente sobre el río Garona construido por orden de Napoleón I entre 1819 y 1822), La Iglesia Saint Pierre, La Porte Cailhau, (antigua puerta defensiva dedicada al rey Carlos VIII, vencedor de la batalla de Fornoue) y La Place du Parlement.
Por otra parte, al término de la cata de vinos, seguimos visitando el maravilloso patrimonio “bordelais”, viendo monumentos como La Cathédrale Saint-André y La Tour Pey-Berland (La gran estatua de Notre Dame de Aquitania fue instalada en la cumbre de la torre en el siglo XIX), La Porte d’Aquitaine (situada en la Place de la Victoire) , La biblioteca de la Universidad Victor Segalen Bordeaux 2 (Facultad de Medicina y Farmacia) y La Grosse Cloche.
Lamentablemente, a pesar de tener entradas, no nos dio tiempo a visitar el interior del Palais Gallien, Le Site Archéologique de Saint-Seurin, La Flèche Saint-Michel y La Porte Cailhau. Tuvimos que volver al hotel a recoger nuestras maletas y dirigirnos con un tiempo prudencial al aeropuerto de Bordeaux y devolver el coche de alquiler.
(Ohhhhh…. :’( Lo que significa que esta ciudad posee muchísimos lugares para conocer, y…. ¡tenemos que volver! (pronto, a ser posible…jajaja)DESPEDIDA.
Nuestro viaje ha terminado, y no tenemos palabras para expresar lo felices que hemos sido, y lo que ha supuesto esta magnífica experiencia para nosotros. Como francófilos, nos ha encantado estar en Francia, nos han tratado genial y ha sido todo un honor y una grandísima suerte poder vivir este estupendo viaje. Aquitania es una región preciosa, llena de secretos y encanto y aún nos queda tanto por descubrir de ella…Nos llevamos un poquito de Saint-Emilion, de Sarlat-la-Canéda, de Périgueux, de Bergerac y de Bordeaux en nuestro corazón. (Es una frase un poco cursi, pero es cierta, jajaja)
Os animamos a todos a que la visitéis, os gustará tanto como a nosotros, y sentiréis la necesidad de volver, os lo aseguramos.
Y no podemos despedirnos sin dar las gracias a Turismo de Francia en España, al Comité Regional de Turismo de Aquitania, a Catai Tours, al Hotel Mercure Chartrons ****, a las personas que tan amablemente nos han ayudado en el país vecino, a Isabelle Auzelly, a M. Bouahlem Rekkas, a Marie-France, a Susy, a nuestro amigo Sebastien Braneyre, a Bastien y muy especialmente a Catherine, Marie-José y Frédérique.
Merci à tous, et à bientôt!
Isa, Juan, Elena e Isa.
Más fotos del viaje de nuestros ganadores y de Aquitania, pincha aquí
¡Muchas gracias a Isa, Juan, Elena e Isa por esta inmersión en Aquitania!
Nos encanta que compartáis con nosotros vuestras experiencias y anécdotas de viajes a Francia. Además, siempre os tenemos reservados juegos-concursos para descubrir y disfrutar de Francia. ¡No os los perdáis!
¡Muchas gracias a Isa, Juan, Elena e Isa por esta inmersión en Aquitania!
Nos encanta que compartáis con nosotros vuestras experiencias y anécdotas de viajes a Francia. Además, siempre os tenemos reservados juegos-concursos para descubrir y disfrutar de Francia. ¡No os los perdáis!
Consulta nuestros concursos en curso, aquí